¿Por qué los bancos no quieren que tengas más de una cuenta corriente?

El interés de los bancos en limitar la cantidad de cuentas corrientes que un cliente posee obedece principalmente a razones operativas, regulatorias y estratégicas. Aunque en muchos países no existe una prohibición formal para tener varias cuentas, y de hecho es perfectamente legal, las entidades financieras suelen preferir que sus clientes concentren sus operaciones en una o pocas cuentas centrales. Este fenómeno está motivado tanto por la propia dinámica interna del sector bancario como por parámetros establecidos por las normativas de prevención de riesgos.

Riesgos operativos y gestión interna

Uno de los principales motivos por los cuales a los bancos no les agrada que un cliente disponga de numerosas cuentas corrientes tiene que ver con la gestión operativa y el monitoreo de actividad. Un mayor número de cuentas implica una mayor carga para el sistema informático de la entidad, dificultando el seguimiento detallado de las operaciones y movimientos. La existencia de múltiples productos abiertos a nombre de un mismo cliente puede hacer más complejo detectar movimientos anómalos que alertan sobre posibles fraudes o actividades irregulares, como el lavado de dinero. En este sentido, los bancos deben cumplir estrictos protocolos de prevención del blanqueo de capitales y el financiamiento del terrorismo, y una multiplicidad de cuentas aumenta la dificultad de esta labor.

Además, la gestión de cuentas implica un coste administrativo para la entidad, que debe ocuparse de la emisión de extractos, el tratamiento de incidencias y la atención al cliente. Si bien algunos bancos pueden cobrar comisiones por cada cuenta, en otros casos especial el coste no se traslada completamente al usuario, por lo que contar con varios productos de baja actividad puede ser visto como una ineficiencia.

Detección de actividades sospechosas y bloqueo de cuentas

Desde una perspectiva de seguridad, cuando un cliente posee múltiples cuentas corrientes y realiza transferencias repetidas entre ellas, los sistemas automáticos de los bancos pueden interpretar estos movimientos como una posible actividad sospechosa. Esto ocurre porque uno de los principales indicadores de operaciones de blanqueo es el tránsito frecuente de fondos por diferentes productos de una misma entidad o de varios bancos, con la finalidad de dificultar el seguimiento del dinero.

En este contexto, los bancos están facultados por la normativa vigente para bloquear una cuenta corriente si detectan movimientos considerados inusuales, la falta de documentación actualizada o incluso discrepancias en instrucciones entre cotitulares. Algunas de las razones más frecuentes para el bloqueo son:

  • Detección de actividades inconsistentes con los patrones habituales.
  • Incumplimiento de políticas de prevención de fraude y blanqueo de capitales.
  • Falta de actualización de los datos personales requeridos por la ley.
  • Discrepancias o conflictos instruccionales entre titulares.
  • Deudas impagadas con la propia entidad financiera.

Por tanto, tener varias cuentas abiertas, especialmente sin un uso justificado o coordinado, puede aumentar el riesgo de que una o más sean bloqueadas de manera preventiva.

Preferencia por la simplicidad y retención del cliente

Desde la perspectiva del banco, resulta más sencillo y beneficioso comercialmente si los clientes concentran su operativa en una única cuenta principal. Esto reduce la complejidad de la gestión de productos y agiliza la labor de soporte. Al mismo tiempo, los bancos buscan fomentar la vinculación, es decir, que el cliente centralice todos sus ingresos, pagos y ahorros en una sola entidad, lo que reduce el riesgo de fuga a la competencia y facilita la oferta de productos adicionales como préstamos o seguros.

Además, al limitar la multiplicidad de cuentas, el banco puede ofrecer mejores condiciones en la cuenta central —por ejemplo, eliminando comisiones o mejorando la remuneración— siempre que el cliente cumpla con ciertos requisitos de uso y vinculación. En cambio, si el cliente reparte su actividad entre varias entidades, pierde acceso a los beneficios que derivan de la centralización.

No obstante, algunos bancos permiten abiertamente la apertura de subcuentas siempre que exista una justificación clara, como la separación de gastos familiares y empresariales o la gestión de ahorros e inversiones. Sin embargo, la apertura masiva de cuentas sin propósito definido puede ser rechazada o no fomentada activamente por la entidad.

Perspectiva del usuario: ventajas y desventajas de varias cuentas

Desde el punto de vista del cliente, existen argumentos a favor y en contra de mantener múltiples cuentas. Entre las ventajas principales de tener más de una cuenta corriente destacan:

  • Diferenciar los flujos de ingresos y gastos, facilitando la planificación financiera.
  • Separar cuentas para fines concretos: ahorro, gastos recurrentes, o emergencias.
  • Reducir el riesgo de bloqueo total del acceso a fondos en caso de embargo, incidencia o error en una cuenta específica.

De hecho, expertos en salud financiera recomiendan mantener al menos dos cuentas bancarias: una destinada a los gastos fijos y otra como colchón o de ahorros, para garantizar una reserva de liquidez en caso de imprevistos, como pérdidas de empleo o gastos extraordinarios.

No obstante, también existen desventajas y riesgos importantes al fragmentar en exceso la gestión financiera personal:

  • Mayor dificultad para el control global de la economía personal, pudiendo perder la visión de conjunto.
  • Posibilidad de incurrir en comisiones múltiples o cargos por mantenimiento si alguna cuenta pierde la bonificación.
  • Más complejidad a la hora de cumplir con la documentación actualizada de todas las cuentas, aumentando el riesgo de bloqueos preventivos por falta de información.
  • En caso de herencias o fallecimiento, la existencia de muchas cuentas puede dificultar el reparto y gestión del patrimonio.

En definitiva, la preferencia de los bancos por limitar el número de cuentas corrientes abiertas por cliente responde a una combinación de razones regulatorias, operativas y de estrategia comercial. Aunque no existe una imposición general al respecto, sí hay incentivos y políticas internas que buscan simplificar tanto la vida del cliente como la de la entidad, asegurando al mismo tiempo una mayor transparencia y un cumplimiento eficiente de la normativa antilavado de dinero. Para el usuario, la clave reside en equilibrar las ventajas de diversificar cuentas con la necesidad de mantener una gestión sencilla y ordenada de sus finanzas.

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